martes, 10 de enero de 2012

Cuando ayudamos de más





"¿Te ayudo?" 


"¿Te ayudo a partir tu huevo?"
"abre la boca, mmm, mira que rica sopita"
"ven, te voy a vestir para irnos"

"a ver, sientate, vamos a hacer la tarea"
"hoy no puedo salir en la tarde, mis hijos tienen exámenes"

¿Por qué ayudarlo a vestirse si lo sabe hacer solo?
¿De quién es la tarea/ los exámenes?

Pero...  ¿qué pasa con una ayudadita?

La ayuda.
No toda ayuda es igual, unas, realmente favorecen, otras, más bien entorpecen, inhabilitan.

Cuando la ayuda es innecesaria, ¡en vez de ayudar, estorba!

De niños, estorba al desarrollo, a las posibilidades de lograr las cosas por sí mismo y que conlleva a la sensación de éxito de provoca el trabajo bien logrado. Sensación de la que deriva el empoderamiento, el "yo si puedo" y finalmente el "yo valgo". 

El autoestima..., tanto se habla del autoestima, de todas las cosas que suceden día a día y pueden destruir el autoestima de los niños. Las críticas, las etiquetas, los adjetivos.  Sin embargo, poco se habla del valor que adquieren los niños de sí mismos al saberse capaces (de comer solos, bañarse solos, estudiar solos y pasar, elegir solos). 

La idea no es que todo lo deben de emprender solos, ni que no se les puede ayudar en nada. La idea es,  que cuando se cree que aquello que el niño se propone a realizar, tiene posibilidades de éxito, hay que dejar que lo  intente solo, sin ayuda; y dejarlo experimentar ese final feliz de "¡lo hice!".

Para poder aplicar esto al día a día, lo primero que se tiene que pensar, es como preparar el espacio para que las cosas sucedan.  
Por ejemplo, si queremos que se puedan lavar las manos solos, necesitarán: un banquillo para alcanzar el lavabo, el jabón a su alcance, la llave que puedan manipular, y una toalla al alcance de su mano.  Si preparamos el espacio, facilitamos que al momento de la acción no se requieran tantas ayudas que fácilmente se pudieron resolver de antemano. 

Lo más recomendable, es empezar desde muy pequeños. Vivimos en un mundo que va muy deprisa, pero eso no debe ser la causa por la que ayudamos a los niños.  Hay que planear las cosas con el debido tiempo para que las tareas se realicen al ritmo de cada quién.  
Por ejemplo, los bebés de aprox. 9 - 10 meses, que ya sostienen bien su tronco y su cabeza, pueden sentarse en una silla alta, y saben ya llevarse las cosas a la boca. Están en el momento en que pueden comenzar a comer solos.  Los padres preparamos: la silla, el babero, la comida: lo suficientemente blanda para ser aplastada por sus encías, picada muy pequeñita, sin caldos.  Se la servimos en cuadritos, picadita para que la pueda tomar con sus deditos.  El niño lo logra, ¡poco a poco, se va haciendo cargo de comer solito! tal vez deje por un tiempo las sopas, las cosas difíciles.  Pero está comiendo solo, lo está logrando y se está dando cuenta de ello.  Sin que se le tenga que festejar su logro, felicitarlo.  La felicitación está en su interior, en el saber que él ya puede, como todos los demás, hacerlo.

y de ahí continúan las etapas, desde tomar de vaso, lavarse al bañarse, cepillarse los dientes, doblar su ropa, cantar, leer, ... hasta los más grandes que pueden hacer algo de comer, su tarea, estudiar solos. Preparar algo para los demás de la casa, tocar un instrumento musical, hacer un proyecto personal. 

Cuando el camino de la independencia comienza pronto, es más natural, más fácil.  Se logra sin esfuerzo.  La opinión de los padres, los límites siguen ahí.  Solamente eliminamos las ayudas innecesarias, las que imposibilitan, entorpecen o detienen el desarrollo personal.  Los padres seguimos acompañando, estamos ahí por si nos necesitan, pero en vez de ofrecer la ayuda, esperamos y observamos. 
Paciencia, paciencia, paciencia.


Algunos ejemplos por edades:
9 a 12 m
Comer solo
12 – 18 m
Recoger los juguetes (a un recipiente, canasta)
18 – 24 m
Recoger su ropa sucia (a una canasta)
>24 m
Tomar agua de un vaso normal.
5 años
Hacer la tarea
6 años
recoger la mesa después de comer.





miércoles, 4 de enero de 2012

dejar de amamantar...





El destete debe ser gradual, tanto para la salud de la mamá como para la del bebe, debe de ser un proceso, no un paso, una decisión de un día.


Existen muchísimas razones para dejar de amamantar, unas buenas, otras no tanto.  Muchas veces se toman decisiones apresuradas por "presión social", familiar, un prospecto de un trabajo o un viaje.


Antes de iniciar vale la pena contemplar que existen varias opciones, no se tiene que ir del blanco al negro; se puede quitar algunas tomas y dejar otras, se puede combinar.  También vale la pena contestarse algunas preguntas como:


1. Estoy decidiendo dejar de amamantar ¿por qué es lo mejor para mi y para mi bebé en este momento?
2. ¿Me siento presionada por la gente que me rodea?
3. ¿Es un buen momento? (por ejemplo si viene el invierno, la edad del bebe, etc)


Una vez tomada la decisión, cuando los bebes son muy pequeños (de los 4 a los 7 - 8 meses) se debe hacer gradualmente.  Se introduce la botella, tomando en cuenta que no necesariamente le va a gustar desde el principio.  Comenzamos con UNA sola toma, puede ser de formula o de leche que previamente habíamos congelado. 
No pelear con el bebé, no forzarlo: se ofrece únicamente. 


Cuando se logra hacer el cambio, y el bebe toma contento esa botella (aprox. una semana después, hay que observar al bebé, no a las indicaciones) se puede seguir con otra toma, cambiando a la botella y una semana más, cuando el pecho se siente bien a pesar de saltarse las tomas y el bebe esta comiendo bien, se sigue con otra toma y así sucesivamente, semana por semana.
Al final, habrá que amamantar cada 2 días o tres para aliviar la incomodidad únicamente, cuando ya no se siente el pecho lleno, se van espaciando las tomas tal vez una en una semana, ya combinada con el biberón hasta que se para.  Solo el cuerpo deja de producir.


Con los bebés más grandes (9 a 14 meses)
Se puede pasar directamente a un vasito entrenador suave.
Generalmente alrededor de los 12 meses los bebés comen más alimentos y solitos eliminan tomas.  No están tan apegados ya al pecho y el destete se hace mucho más fácil y natural.
Se hace de forma gradual, una por una, dando tiempo al cuerpo de ajustarse, como lo explico arriba.


No es necesario ningún medicamento, es un proceso normal para el cual el cuerpo tiene muchas herramientas.


Pueden quedar residuos de leche, no hay que estarlos sacando, ni estar checando si sigue habiendo o no leche, porque se estimula a producir más.


Si se arrepienten, a medio camino, hay vuelta en U; aumentan otra vez las tomas, y poco a poco se puede ir recuperando la producción.


Sobre todo debemos de tratar de que el bebé no se sienta agredido o rechazado, que viva el proceso tranquilo, apapachado, con calma y amor.