viernes, 23 de julio de 2010

Memorias familiares, Trasmitiendo valores.

Estoy de vacaciones en el lugar de mi infancia... 
Los olores y los sabores me hacen sentir una felicidad interior muy grande, solamente de caminar en las calles, de sentir el lugar me siento feliz.


Hoy pasamos por un lugar que recordaba vagamente, lo que si recordaba con claridad es cuanto me gustaba ir ahí.   Estábamos en un paseo en bici, y cuando vi el letrero que decía "Nature Centre", supe que teníamos que parar.  Que esto era algo que teníamos que compartir.


Entramos, y al principio me sorprendió ver que pequeñito es...  pero una vez dentro, me di cuenta de porque me gustaba tanto: el paisaje es paradisiaco: flores silvestres de todos los colores, hierbas verdes por todo el piso como un gran tapete salpicado de colores.  Abajo un arroyo, a la orilla piedras de granito de varios tamaños, esperando a que alguien venga a jugar con ellas.  




La naturaleza es el mejor escenario para construir memorias de vivencias extraordinarias.  Mis niños se mojaron los pies en el agua helada del río, descubrieron mil y un bichitos, aventaron piedras, encontraron varas, verlos tan felices me hizo recordar porque este sitio siempre quedo guardado en mi memoria.  Porque mis ganas de llevar  a los niños justo ahí.  


Quiero que esto también forme parte de sus memorias, que luego quieran llevar aquí a sus hijos, que como yo, visitando lugares así, aprendan a amar la naturaleza y a respetarla.

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