lunes, 18 de julio de 2011

Niños obedientes, es justo ¡lo que no queremos!





Tal vez les suene raro, pero voy a explicarme...


¿Que es ser obediente? Hacer lo que nos piden, sin importar como nos sentimos al respecto. Cuando un niño debe de ser obediente, no debe de "pensar" que haría esa situación, hacer juicios de valor: si algo está bien o está mal... sólo debe acatar lo que otra persona manda.


Según el diccionario obediencia es el Cumplimiento de la voluntad de la persona que manda, de lo que establece una norma o de lo que ordena la ley.        Según Montessori, la obediencia es la sustitución de la voluntad, cambio mi voluntad por la de otro.  




A veces es necesaria, no digo que no... por ejemplo para evitar un peligro inminente: "NO SE TOCAN LOS CABLES DE LA LÁMPARA!!" en estos casos la obediencia es importante y necesaria, pero dejando los escenarios de peligro, y volviendo al día a día:


¿nos conviene la obediencia? 


Tal vez en este minuto, la respuesta sea un Si seguro, pero a la larga y viendo el panorama completo: ¿nos conviene que nuestros hijos aprendan sólo a obedecer o que aprendan a ejercer SU voluntad? (A saber que es lo que dicta su voluntad.)


Antiguamente se criticaba a los niños diciendo "es muy voluntariosa" todavía podemos escuchar algunas personas decir comentarios así... pero ¿es malo ser voluntariosa? (ojo: distinguir voluntariosa de caprichosa) cuando a mi me dicen eso de alguno de mis hijos, dentro de mi, no puedo más que sonreír, me dan ganas de decir "si, gracias".
Tengo la bendición de tener una hija MUY voluntariosa, sabe que quiere y como lo quiere y sabe decidir. Una parte es porque ella así es, es parte de su temperamento; y otra parte, ¡mi trabajo me ha costado! 


No se aprende a decidir en un día, se empieza por pequeñeces... se va adquiriendo práctica y seguridad hasta que la voluntad emerge, en los pequeños se desarrolla el sentido de ejercer la voluntad, y los padres ayudan a lograrlo.


Entre más oportunidades  le brindemos a nuestros hijos para escuchar su voz interior y elegir, con mayor facilidad lo harán hoy, mañana, y lo más importante, los días despuñes de mañana.


Tengo fotos de mi hija vestida con calcetines amarillos, mallones rosas, una falda multicolor y blusa blanca con verde, con una sonrisa en la cara, de orgullo, de haberse vestido justo como ella quería.  (Y así salió de la casa...) Poco a poco ha aprendido sobre lo que combina y lo que no, pero proteger su voluntad en ese momento, valía más que una salida bien vestida.


Los niños tienen que saber hacer sus propios juicios, poder valorar la situación y tomar decisiones; no se puede empezar a los 18 años, cuando ya eres grande, porque estás tan acostumbrado a que decidan por ti que ya no sabes decidir tu mismo; para entonces se vuelve muy difícil elegir y escucharte a ti mismo, a tu voluntad.  Mejor escuchar a los demás, sustituir mi voluntad por la de los otros... (obedecerlos)


¡Yo quiero!  ¿Qué quiero?

¿Niños obedientes o niños que desarrollan su voluntad?


Ahora bien, existe la obediencia voluntaria, el niño decide que quiere seguir tu voluntad, porque te ama, te admira y te respeta y quiere hacer lo que le pides, porque sabe que le hace bien.  (Este ejercicio de la voluntad, también la describía Montessori -no fue idea mía, pero si he tendido la oportunidad de comprobarlo y observarlo- para Montessori era la máxima etapa de la obediencia).  Es un nivel de amor y confianza al que aspiramos los padres, y se alcanza no doblegando la voluntad, sino ayudándolo a desarrollarla, ejercerla, sentirse cómodo decidiendo y sabiendo que puede a veces confiarle tu voluntad a otro.  






El otro gran beneficio es que el que sabe usar su voluntad sabe decir NO.  El ¨no¨ se aprende cuando lo has escuchado y cuando he logrado usar mi voz interior. 


Bueno, ahora iré a mandar a mis hijos a dormir, y espero que me obedezcan!! jajajaja  porque también hay límites para la voluntad.  Y la hora de dormir es uno de ellos.

martes, 5 de julio de 2011

trascendencia




Estamos terminando el semestre, después de haber tomado clases de filosofía (por primera vez en mi vida). Escribí una pequeña tarea sobre la trascendencia del hombre, que comparto con ustedes.
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Algunos definen la trascendencia como “ir más allá de algún límite. Generalmente el límite es el espacio-tiempo, lo que solemos considerar como mundo o universo físico.”

La filosofía tradicional habla de la trascendencia hacia una demostración o prueba de la inmortalidad del alma y de la existencia de Dios.  Sin embargo, la lógica actual no puede conformarse con el argumento de que así es (el ser), porque no puede ser de otra manera). Busca una demostración empírica, basada en la experiencia, una expliicación científica, imposible, ya que no se puede experimentar.

En el aspecto religioso, la  trascendencia, es D-os, ya que se considera que D-os está más allá del mundo que ha creado y que trasciende toda dimensión de tiempo y espacio.

Para mi la trascendencia, tomando en cuenta lo  que hemos leído y aprendido durante un semestre de clases de filosofía, puede ser dos diferentes cosas:

1.  - lo que se queda de una persona después de la muerte, refiriéndome por supuesto, al mundo no material. Por ejemplo, la influencia que deja en otros, las ideas que lo sobrepasan y permanecen, las consecuencias de los actos que realizó, su descendencia.

lo que sucede con la energía vital, el espíritu humano después de la muerte. 

Para mi, la definición más clara de la trascendencia después de la muerte, la da Moisés Maimónides cuando dice:

Porque ha sido hallado que el hombre goza de una doble perfección: La una es la perfección del cuerpo, y la otra la del espíritu. Consiste la primera en la salud que sólo es posible cuando el hombre puede suplir sus necesidades a medida que se presentan, alimento, abrigo, baño, vestido, y cosas del mismo linaje. Pero el hombre no podría a solas procurarse todo esto; es imposible que un hombre aislado alcance bienestar y comodidad, lo cual sólo es hacedero viviendo en sociedad, pues que, como bien sabes, el hombre es por naturaleza sociable.

Maimonides: The Life and World of One of Civilization's Greatest MindsLa segunda perfección consiste en que llegue a ser de hecho inteligente. Esta segunda perfección ciertamente no incluye cualquier acción o conducta, sino sólo conocimiento, al cual se llega reflexionando e indagando. Y es claro que esta segunda y superior categoría de Perfección sólo puede ser alcanzada cuando ha sido satisfecha la primera; porque la persona; que padece hambre, sed, calor o frío en demasía, no puede concebir una idea, ni cuando se la comunican otros, ni menos aun cuando ha de alcanzarla por propio razonamiento

Una vez conseguida la primera perfección es posible llegar a la segunda, la más noble, sin duda alguna, ya que merced a ella sola el hombre es inmortal.”. lo que queda del individuo tras su muerte es su espíritu con la información que recabó durante su transcurso de existencia mundana..”.

La trascendencia es aquí la inmortalidad del espíritu, que se adquiere cultivandolo, haciéndolo crecer, alimentándolo a lo largo de la vida. 

NO encuentro la cita, pero recuerdo en algún momento de la preparatoria haber leído a  Maimónides y que me quedó la idea de que la muerte puede suceder de diferentes maneras según como se haya vivido: Aquel que se preocupó por cultivar únicamente la vida material, el cuerpo, la vanidad, solamente alimento esa parte de su ser, que con la muerte se destruye y se vuelve polvo.  En cambio aquel que cultivo su espíritu y lo hizo prevalecer y crecer, con la muerte, esa energía se separa del cuerpo y trasciende, se vuelve a la única energía de la que proviene todo lo demás.