sábado, 15 de febrero de 2014

Día del Examen Final

Hoy es el día en que presento mi examen de grado de la Especialidad Médica en Homeopatía.
Siento una mezcla de nervios y emoción y una alegría enorme.
Tratando de controlar mis nervios, estuve revisando papeles viejos, y encontré este escrito que escribí en 1995 (Uuuuuuuf!!! cuanto tiempo!!!) fue una tarea que nos dejó el Dr. que nos daba la clase de Formación Humana; teníamos que escribir sobre Humanismo y Medicina.

Hoy leo esa tarea y me doy cuenta que desde entonces esto que está sucediendo hoy, ya estaba previsto. Estaba dentro de mi, en potencia (como diría Aristóteles; ah! ¡ya se algo sobre Aristóteles!). Siempre busque el humanismo dentro de todo lo que he hecho en estos 19 años. Cambié de rumbo tantas veces porque no lo había encontrado.

Hoy puedo decir que ejerzo una medicina completamente humanista y también vitalista, viva, algo que en ese entonces intuía, pero no conocía del todo.

No creo que lean mi blog, pero por si las dudas, quiero agradecer. Primero a todos mis maestros de la escuela de medicina que dejaron toda su experiencia y su dedicación en mostraron el arte de la empatía, de ver más allá, que nos ayudaron a educar nuestros sentidos a percibir realmente a los enfermos.  También a los maestros de la escuela de Nutrición Clínica, sobre todo a Arturo, la clase de salud pública abrió mis ojos a las posibilidades, a los cuestionamientos, a que no siempre las cosas son como parecen. Gracias. A los maestros de la escuela de Homeopatía, que nos han mostrado otras verdades, que se empeñan en que podamos romper nuestros prejuicios y abstraer nuevos conceptos, y nos comparten sus conocimientos para aprender el arte de la medicina homeopática; gracias.  A todos mis colegas y amigos, les doy las gracias porque ha sido un gusto enorme la compañía, ademas de divertirnos, compartir nos ha enriquecido a todos. Finalmente (last but not least!) a los maestros de la vida: A mi familia, mi esposo, mis padres, mis hermanos, mis abuelos y mis primos; sin ustedes yo no sería yo misma y les agradezco la confianza que me dan todos los días.

Para estas alturas, tan sentimental como soy, ya tengo lagrimas en los ojos. Realmente me siento muy afortunada y bendecida. Cada día con cada paciente haré la medicina humanista que ha germinado en mi después de todas estas experiencias, doy lo mejor de mi y espero inspirarlos para que ustedes también lo hagan.